No me banco ir al banco
No es un secreto que ir al banco es una cuestión desagradable.
La cara de la gente desesperada por recibir las lucas y partir, la velocidad de los que atienden que siempre es tan lenta, como esas escenas de las teleseries donde viene el reencuentro de los protagonistas con abrazo y todo!!!, esa infaltable vieja buena onda que le pregunta a esos pobres cajeros hasta por la abuelita y uno atrás esperando como león pa saltar y cobrar.
Lo único bueno es andar con música y con $500 pa salir y comprar una coca cola helada mientras toca la segunda parte asquerosa: Devolverte a pata y a pleno sol.